¿Cómo transformar el diálogo entre cliente, marca y territorio en narrativas espaciales que activen emoción y negocio? A partir de un enfoque claro: dar forma a la emoción y crear sentido de lugar, la sesión comparte claves para aterrizar la identidad local en decisiones de diseño que se perciben y se recuerdan: materialidad honesta, ritmo lumínico, secuencias de llegada y micro-momentos que construyen comunidad. Mediante co-creación con el operador, los valores de marca se convierten en experiencias coherentes y medibles, sin perder autenticidad ni sostenibilidad. Porque un hotel no es solo un edificio: es un sistema de encuentros que, bien diseñado, deja huella y diferencia.